Este texto aparecerá en la versión alemana el dia 30 Agosto de 2024 y ahora también estará disponible en español con la ayuda de Google y el Reader español.
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Quería escribir sobre la séptima ronda de liberación de prisioneros, pero no estoy de humor ahora y en general me falta energía. No recuerdo un día en el que no lloré. En la ducha, en la cama, en el coche. Incluso cuando pienso en ÉL, empiezo a llorar. La única alegría es mi hijo, que siempre me hace reír. Una risa amorosa va acompañada de una gran preocupación por él y por la situación y el deseo de que siga siendo feliz y que nada pueda hacerlo sentir tan triste como me hizo a mí. Este año me ha dejado agotada, chantajeada, y nada ha terminado aún, y puede empeorar.
Hoy me desperté a las tres de la mañana. Me sentí incómoda. A las 5 de la mañana hubo disparos masivos desde el norte. No escuché ninguna sirena, pero me desperté con una serie de mensajes que nos pedían que no fuéramos a trabajar y que nos quedáramos en casa. Desde las 5 de la mañana, más de 300 cohetes han sido disparados contra Israel, mientras que la Fuerza Aérea israelí ha atacado miles de lanzacohetes de Hezbolá en el Líbano. 300 cohetes contra un país cuya anchura desde el mar hasta la frontera oriental es de unos 20 kilómetros.
En las últimas semanas se ha debatido mucho más sobre la situación en el norte que en el sur y sobre cómo debería prepararse Israel para una gran guerra en el norte. Porque Hezbolá, al igual que Hamás, también ha construido túneles que llegan hasta Israel, lo que permite que decenas de miles de terroristas lleguen a Israel con mucha facilidad y rapidez.
En general, los medios de comunicación llevan meses discutiendo sobre posibles desastres y cómo podría acabar el país. Pero no puedo vivir así. Realmente no.
Y la política, como siempre, es tan decepcionante que me quedo sin palabras. No tengo ganas de parafrasear todas estas tonterías y darles una interpretación profunda. A veces hay que mirar las cosas como son. Los secuestrados todavía están allí y a nadie en el mundo le importa realmente.
Esto tampoco le interesa a nuestro Primer Ministro, que se aferra al poder con obsesión. Me siento como si todos estuviéramos con él en el Titanic.
Todavía no hay acuerdos, Irán ataca a Israel, Hezbolá dispara continuamente. El resultado final es que nos hemos quedado fuera.
En el resto del mundo tampoco hay paz. Otros países también sufren el terrorismo. En Austria, donde los conciertos de Taylor Swift fueron cancelados debido a un presunto intento de ataque de Daesh en el estadio. Ayer por la tarde se produjo en Alemania un ataque con cuchillo durante un festival en la ciudad de Solingen. El sábado hubo un intento de atentado con coche bomba frente a una sinagoga en Francia.
El terrorismo está en todas partes y es terrible. La diferencia es que en Israel tales ataques y amenazas son rutinarias. Así es como vivimos. Y no se detiene. En los últimos meses, la mayoría de los oradores del Parlamento Europeo o del Consejo de Europa no han pedido la eliminación del terrorismo, sino que han pedido condenar las acciones de Israel o amenazar con detener los envíos de armas a Israel, etc. Todo esto da legitimidad a los terroristas para seguir actuando contra Israel y posteriormente contra otros países occidentales.
Pero cuando se produce un atentado terrorista en su propio país, ninguno de los eurodiputados tiene prisa en pronunciar un discurso sobre derechos humanos o en enviar un mensaje muy claro contra el terrorismo.
Luego vienen las interpretaciones habituales y la motivación de los terroristas se explica psicológicamente en los medios. Los periodistas intentan comprender al terrorista: ¿Por qué lo hizo? ¿Donde creció? ¿Experimentó algún fracaso en su vida que lo llevó a hacer esto? ¿No se ha integrado a la sociedad?
En la ciencia política y en la investigación del terrorismo, estos son ciertamente motivos para la acción, y los medios de comunicación pueden aceptar cualquier explicación. Todo es posible, excepto la simple explicación de que la persona que hizo esto simplemente quiere asesinar a personas que no creen en Alá y son pecadores ante sus ojos. Y no le importa si le diste un trabajo o un lugar para escapar, un medio de vida o un lugar para vivir. Todavía sois pecadores y debéis morir. Esto es parte del fanatismo y es la idea básica del Islam radical.
A los ojos de la gente iluminada, ésta es una explicación inaceptable y por eso se dedican a hacer declaraciones y condenas que no mejoran la situación ni benefician a nadie. Lo siento, pero la filosofía profunda no tiene cabida aquí.
Un golpe a la puerta. „Mamá, ¿sabes cuánto tarda en explotar una granada? ¡4 segundos!“ —Sí, vaya, no lo sabía.
Cierro la computadora, perdón, ahora me voy a dormir, no puedo hablar más hoy. Me siento mal otra vez.
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