
En el sombrío entorno del campo de tránsito de Westerbork, donde se encontraban prisioneros judíos antes de ser enviados a los campos de exterminio, tuvo lugar en 1943 la ceremonia de encendido de las velas de Hanukkah.
En medio del sufrimiento y la oscuridad, los judíos en el campo encontraron la fuerza para encender velas y orar, como un poderoso gesto de fe, esperanza y memoria de la libertad.
El encendido de las velas fue un acto de valentía y resistencia espiritual, que simbolizaba la determinación del pueblo judío de preservar su identidad y cultura, incluso en las circunstancias más crueles.
✨ Historias como estas nos enseñan sobre el poder de la tradición y la luz que logra mantenernos a salvo incluso en los momentos más oscuros.
Fuente: Comunidades Plus
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